19 de enero de 2017

Dieta Mediterránea. ¿La más saludable?


La dieta mediterránea es considerada como ejemplo de alimentación saludable. En ella se fomenta el consumo variado de alimentos y la alta calidad nutricional de los mismos.

Estudios científicos han demostrado que esta dieta es beneficiosa tanto para la población general, como también para aquellas personas que tienen problemas de corazón y /o arteriales, ya que, si se siguen sus indicaciones es posible revertir en un 66% los problemas circulatorios en las extremidades, un 28% los problemas metabólicos -colesterol, hiperglucemia, hiperinsulinemia, e hipertensión arterial- y en un 30% las probabilidades de tener un infarto.

La Dieta Nórdica, consumida en países como Noruega, Finlandia y Suecia, es similar a la mediterránea, en cuanto a sus beneficios cardiovasculares, con algunas variantes propias de los alimentos que pueden producir. Su dieta se basa principalmente en: pescados grasos, cereales integrales, vegetales como las coles, frutos rojos, aceite de canola.

Sin embargo, con la alimentación de tipo mediterránea, se obtienen mayores beneficios, debido a la gran variedad de verduras y frutas que incorporan, como así también, por las formas de preparación y cocción.

Los destacables en este tipo de alimentación son:
  • Los pescados: con un promedio de consumo de varias veces por semana, especialmente los más grasos como: atún, caballa, jurel, salmón, trucha, merluza negra, ya que sus grasas Omega 3 tienen efecto protector del corazón.
  • El aceite de oliva extra virgen: que se utiliza para condimentar preparaciones. Contiene vitamina E, betacarotenos (provitamina A) y ácidos grasos mono insaturados que protegen al corazón. También es usado en las cocciones.
  • Las frutas, verduras, legumbres, frutos secos en toda su variedad, son alimentos fuente de vitaminas, minerales, fitonutrientes y fibra. Se necesitan 5 porciones diarias entre frutas y verduras, pues ayudan a prevenir la enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer.
  • Las pastas secas, pan y arroz integrales, con frecuencia diaria. Son parte del aporte energético necesario para vivir saludablemente.
  • Los lácteos descremados, en especial, yogures y quesos.
  • Alimentos frescos de estación y producidos en el país, porque contienen mayor proporción de vitaminas y minerales, además de ser más sabrosos y económicos.
  • Las carnes rojas sólo una vez por semana y elegir preferentemente los cortes bajos en grasas. Evitar la cocción por fritura. Las carnes blancas y los huevos son parte del consumo semanal.
  • Beber agua como la bebida por excelencia.
  • Consumir vino tinto en la comida, es parte de la dieta mediterránea. Siempre que se beba con moderación (1 copa en las mujeres, hasta 2 copas en los hombres). Evitar el consumo en los niños, adolescentes, embarazadas y mujeres en período de lactancia. No es necesario su consumo diario.
  • El caminar como actividad física es práctico, económico y posible.
Lic. Perla Manera Lic. Alejandra Volpatti