Existe una movida de demonización categórica de varios grupos de alimentos. Los pseudo expertos, ayudan a confundir más a la población.
Los argumentos en contra del consumo de “carnes” (de mar, cría, corral, salvaje, etc.) son varios, a saber:
1- Es mal vista por aquellos que siguen una alimentación vegana o vegetariana, por un tema ético, de igualdad de especies vivas.
2- La OMS el año pasado emitió un comunicado sobre el consumo de carnes procesadas, fiambres, embutidos y carnes rojas advirtiendo que “probablemente puedan producir cáncer”. Esto trajo alarma en el consumidor.
3- Se le echa la culpa a las grasas saturadas como causante de enfermedad cardiovascular, colesterol, etc.
4- A nivel mundial se está tratando de reducir el consumo de carnes rojas (ganado vacuno) para reducir los efectos de gases invernaderos y el exceso de consumo de agua que se utiliza para la cría de ganado.
Entonces… ¿Por qué comerlas y en qué proporción?
· Las carnes aportan vitamina B12, hierro de alta biodisponibilidad, zinc, proteínas de alto valor biológico, vitaminas del complejo B, Omega 3 (en el caso de productos de mar).
· La vitamina B12 es aportada sólo por alimentos de origen animal y su déficit provoca anemia megaloblàstica. Las personas que llevan una alimentación estrictamente vegana, tienen que ser suplementadas con esta vitamina.
Por esta razón muchos vegetarianos se vuelven “flexitarianos” pues han decidido incorporar una vez a la semana pescado, para evitar la suplementación.
· Consumir 3 veces por semana carnes rojas (sin la grasa, eligiendo cortes magros), 2 veces por semana carnes blancas y 2 veces por semana pescado. (Guías Alimentarias para la Población Argentina 2016).
· El tamaño de la porción no debe superar el de la palma de la mano.
· Reducir el consumo de fiambres, embutidos , ahumados, a 1 vez por semana, 50 g ( 2 fetas)
· Evitar las frituras.
· Comer variado es fundamental como base de una alimentación saludable, no olvidemos que somos OMNIVOROS.
Lic. Perla Manera Lic. Alejandra Volpatti