Desde tiempos ancestrales, las semillas ocuparon una parte muy importante dentro de la alimentación de los pueblos, pero su uso fue dejado de lado durante al menos dos siglos. Con los avances de la ciencia de la nutrición, se ha llegado a apreciar mucho el valor nutritivo que presentan y es por eso que actualmente están muy revalorizadas.
Desde las preparaciones culinarias hasta las recomendaciones médicas, vale la pena incorporar semillas a nuestra dieta. Aportan nutrientes muy valiosos y contribuyen al buen funcionamiento del aparato digestivo. Contienen ácidos grasos de excelente calidad como los omega 3 y omega 6, además de vitaminas como las del complejo B, antioxidantes como las vitaminas E, A, selenio. El aporte de fibra es muy generoso y algunas ayudan a cubrir las recomendaciones del calcio y hierro por ejemplo.
Si se las consume enteras, las fibras tienen un efecto de estimulación en el aparato digestivo. En cambio si se las muele, nuestro organismo puede aprovechar las grasas, vitaminas y minerales que aportan. Debido a que las cantidades que se consumen son pequeñas –generalmente el consumo ronda los 15g es decir una cucharada sopera- sus nutrientes contribuyen a cubrir las recomendaciones diarias, es decir que aunque tengan un alto contenido por 100g de algún nutriente (ej calcio) las cantidades que realmente llegan a nuestro organismo son menores. No obstante es muy recomendable incluir estos alimentos en nuestras comidas para ganar en salud.
Lic Perla Manera Lic Alejandra Volpatti
